Pospandemia. Se vienen las oficinas satélites
Las oficinas satélites se presentan como una solución para
muchos empleados que no tienen en sus casas la comodidad o una buena
conectividad para hacer home office
La pandemia cambiará la vida de las personas
y la relación que tienen con sus trabajos. En este nuevo contexto, surge un
nuevo tipo de oficina: las satélites. Se trata de espacios de trabajo que
funcionan como un complemento de la oficina central de la empresa. La tendencia
es mundial y de a poco se desarrolla en la Argentina, país en el que las
empresas empiezan a pensar en cómo será su reestructuración tras la pandemia en
la nueva normalidad.
Las
oficinas satélites representan una solución porque, si bien a esta altura
muchas empresas se dieron cuenta de que el home office funciona, -de
hecho, se prevé que en el país parte de la planta fija de las firmas, entre un
20 a 30%, siga trabajando bajo esa modalidad-, pero muchos
empleados no tienen en sus casas la comodidad para hacerlo o buena
conectividad.
Por
otra parte, con las nuevas disposiciones y protocolos que impuso el
coronavirus, las oficinas centrales ya no pueden albergar a la cantidad de
empleados que tenían previo a la cuarentena. Ahí es donde entran en juego las oficinas satélites, claves a la hora de descomprimir la
densidad en las oficinas y solucionar los problemas que pueda generar el
teletrabajo.
Las
oficinas satélites son espacios complementarios de menor categoría que las
corporativas. Es decir, "no son triple A sino que se trata de oficinas clase B: en general, plantas de más de 500 m2
con muy buena conectividad, abiertas, con una densidad cómoda y buena
accesibilidad. En definitiva, son espacios que les insumirán a las empresas
menores costos del que tienen actualmente", explica
Mariana Stange, asesora del mercado corporativo inmobiliario.
Para la
especialista, la situación cambió con la pandemia porque si antes el
distanciamiento normal era de entre seis y ocho metros cuadrados por persona en
el área de trabajo ahora ya se está hablando de entre 12 y 16 metros cuadrados.
" En números, la nueva realidad obligaría a las empresas a duplicar
sus superficies a un costo de oficinas triple A. Por eso, lo que están haciendo
es tener en cuenta que una parte de sus empleados quedará en home office, otra
va a una oficina satélite a un costo de alquiler que rondará entre los US$15 y
los US$20 por metro cuadrado- y ya no, los US$28 o US$35 que
exigía una oficina triple A-. Igual, muchas van a conservar la oficina central,
pero armando puestos más espaciados", señala.
La
alternativa de las oficinas satélites comenzó a ser considerada a raíz del
aislamiento y el distanciamiento social que impuso el Covid-19 en gran parte
del planeta.Según Matías Celasco Correa, economista
research manager de CBRE Argentina, es una tendencia que está teniendo un
fuerte impacto en grandes ciudades como Nueva York o Londres. "Se intenta
hacer foco directo en dos cuestiones principales. Por un lado la de generar
seguridad, bienestar post cuarentena, cercanía en cuanto a la distancia
casa-oficina y mayor productividad a los empleados, sin perder la cultura, ni
el networking de la empresa y por otro, desde un lado más financiero, apunta a
una reducción de costos, debido a que este tipo de oficinas se encuentra en
zonas no tan demandadas y con edificios menos corporativos. Es una tendencia
que se basa principalmente en la disponibilidad y el stock de metros que tenga
disponible cada mercado", aclara el especialista.
Un ejemplo es la política que está llevando a cabo Holanda. En ese
país, el Estado promovió la creación de centros de trabajo en la periferia de
las ciudades. "Estos espacios son utilizados por personas que viven a no
más de 15 minutos del lugar, que pueden llegar caminando o en bicicleta.Los
tiempos de traslado que se ahorran suelen ser utilizados para mejorar el
balance entre la vida social y el trabajo.
Los usuarios solo se trasladan a la
empresa ocasionalmente para reunirse con su equipo y hacer trabajo
colaborativo", explica Víctor Feingold, presidente de Contract Workplaces.
Y asegura que, en el sector privado holandés, compañías grandes como el banco
ING, también han creado oficinas satélites en ubicaciones donde viven muchos de
sus empleados, lejos del edificio central en Amsterdam. " Ciudades como Portland, Phoenix o Austin, en Estados Unidos,
tienen oficinas satélites para Apple, Facebook y Oracle, por ejemplo",
agrega.
Coincide
Stange con que este tipo de oficinas están empezando a ser consideradas también
en Europa, en especial en Italia y en España, por ejemplo, en Madrid, Valencia
y Barcelona. En el caso de Argentina "ya estamos
hablándolo con desarrolladores y con propietarios de edificios de entre 2000 y
3000 metros cuadrados en buenas ubicaciones que son ideales para este uso.
La
prioridad es la accesibilidad, las zonas más buscadas son Palermo, Núñez y
también el Distrito Tecnológico en Parque Patricios, donde hay
una oferta interesante de oficina B con plantas amplias", asegura Stange,
quien ve la tendencia como una oportunidad en el mercado sobre todo para edificios
que tienen más de 20 años o son de una categoría inferior o para
desarrolladores que quieran reconvertir edificios.
"Creo que dentro del cambio que
estamos transitando hay empresas que van a armar oficinas satélites. A la
empresa le sale mucho más barato alquilar en el suburbano, y le permite tener a
los empleados trabajando más felices. Por ahora tuvimos consultas preliminares
de un estudio de arquitectura, una empresa de tecnología, y de un estudio de
abogados; pero hoy no podemos mostrar y solo podemos informar de manera
digital", cuenta Esteban Edelstein Pernice, director de la inmobiliaria
Castex.
Para Martín Potito, economista y
director de la división oficinas de L. J. Ramos, si bien es una tendencia que
puede llegar extenderse en el mundo, hay que ver cómo evoluciona en nuestro
país. "Hay que considerar la situación económica y el presupuesto que las
empresas destinarán a inversiones en real estate. Para el mediano plazo,
situación que comenzamos a transitar desde ahora en adelante y hasta que
aparezca la vacuna, el distanciamiento social será la regla y en ese sentido
poder minimizar el uso del transporte público será un objetivo para reducir el
riesgo de contagio de los empleados. Las oficinas satélites ofrecen una
alternativa posible para reducir la exposición", explica. Sin embargo,
para Potito es muy reciente el tema, por ahora la situación sigue siendo un
gran interrogante, sobre todo considerando que muchas empresas dejarán una
buena parte de sus empleados trabajando en forma remota durante los próximos
meses.
L.J.
Ramos realizó una encuesta en relación a la expectativa de ocupación de las
empresas para 2020, el 36% respondió que reducirá espacio y el restante 64% no
hará cambios para este año."En
ese sentido, la posibilidad de buscar oficinas satélites será en casos aislados
por ahora hasta tanto exista un poco de claridad sobre la situación real",
advierte.
Por el
momento, la mayoría de las consultas que reciben son de empresas que están
reduciendo espacio o buscando alternativas más económicas, que tengan
equipamiento o flexibilidad de parte de los propietarios para adecuar las
estructuras. "No tenemos demanda de oficinas satélites a destacar",
aclara Potito. Un análisis similar es el que hace Domingo Speranza, CEO de
Newmark Knight Frank: "no hay aún un reflejo directo de esto, pero si es
un análisis que todos tenemos sobre cómo será el impacto de la necesidad de
tener áreas de trabajo próximas a las zonas donde residen los
trabajadores", agrega. Para el especialista, esto puede incidir en el
valor de las propiedades del centro y al mismo tiempo, las propiedades
suburbanas que sufrían por el éxodo de las empresas, ante el reclamo de las nuevas
generaciones de estar en áreas urbanas, sentirán un cambio y comenzarán a tener
mayor demanda centros y subcentros residenciales de proximidad.
" Aún es temprano para proyectar, pero claramente estamos ante un
nuevo paradigma y, sin dudas, cambiarán las formas, el espacio de trabajo y las
regiones y mercados donde los desarrollos de oficinas estén",
finaliza.
Los
espacios policéntricos Según
Feingold, el nuevo estándar será una oficina
policéntrica, porque las personas podrán trabajar desde su casa, en el
headquarter o en sitios como espacios de coworking, cafeterías, bibliotecas u
oficinas satélite."Esto traerá múltiples ventajas: menor
cantidad de desplazamientos de personas, menor huella de carbono, mayor
bienestar, mejor balance entre la vida y el trabajo y menores costos para las
empresas. Además se generarán equipos más ágiles y productivos",
sostiene.
La oficina satélite se trata de un espacio
localizado en un lugar diferente a la oficina central que ofrece opciones de
hoteling corporativas para empleados que trabajan en las inmediaciones y pueden
llegar a pie o en bicicleta.Además, cuentan con todos los
servicios, la infraestructura y las comodidades que la organización tiene en la
sede central. "Hasta ahora, hemos visto como tendencia la necesidad de
reducción de metros cuadrados de sus headquearters, producto de la
implementación de políticas de teletrabajo que se han acelerado debido a este
contexto de pandemia. Ese es un primer paso que puede derivar en la
implementación de oficinas satélite en un mediano plazo", dice el
presidente de Contract.
Por el
momento, el principal movimiento de las empresas hoy pareciera ser el de
compactarse y achicarse y, solo en algunos casos, buscan ampliarse a una
oficina complementaria para cumplir con los nuevos requisitos del mercado
laboral.En tanto que muchas otras se volcarán al formato de
coworking. Para Lorenzo Raggio, gerente general de Interwin, en ese
"achicarse" de las empresas, muchas dejan de tener su oficina propia
y van a un formato de cowork en lugares donde comienzan a tener una presencia
más elástica. Contratan una posición de trabajo en caso de necesitarlo, y si
precisan agrandarse, lo hacen. En ese sentido, aclara: "las empresas están
achicándose porque necesitan menos metros. Ya no quieren tener un empleado
sentado en su propio escritorio.
Ese espacio será usado por varios empleados en
distintos momentos, y se combinará con otros empleados que trabajarán desde sus
casas y asistirán a la oficina de vez en cuando", dice Raggio. Pero este
tipo de inmuebles compartidos tendrá que poner énfasis en una grilla prolija
para organizar horarios y evitar que se concentre mucha gente. "Deberán
manejar ese ratio de personas cada determinada cantidad de metros cuadrados,
impidiendo que se encimen los escritorios. Deberán garantizar el cumplimiento
de todas las condiciones sanitarias de manera efectiva para que los
trabajadores puedan estar allí de manera segura y puedan trabajar con
continuidad, sin peligro de contagios", aclara el gerente de Interwin. Agrega
que estos espacios de cowork, con condiciones sanitarias garantizadas, van a
ser receptivos de todo tipo de empresas, tanto start ups, como empresas
tradicionales o internacionales.
Celasco
coincide en que el desarrollo de las oficinas satélites en el país llevará unos
años.
" En Argentina, a diferencia de las grandes
ciudades, el stock está más centralizado, con pocos edificios de oficinas fuera
de las zonas "prime" y con una red de transporte no tan
explotada.Por lo tanto, creo que puede ser una tendencia que
se dé primero en el mundo y que poco a poco, con el correr de los años
desembarque en Argentina, pero no creo que localmente hoy las oficinas
satélites tengan el giro y la velocidad que están tomando afuera",
finaliza.
Fuente: La Nacion
Por: Silvina Vitale